Los hinchas de River Plate, en Argentina, viven horas de preocupación. La conquista de la liga local por parte de su eterno rival, Boca Juniors, hizo que se acrecentaran las esperanzas depositadas en la Copa Libertadores de América, certamen que tiene a los de Marcelo Gallardo como uno de los favoritos, para no quedarse con las manos vacías en 2017. Sin embargo, este jueves ha detonado una bomba que podría torcer el rumbo de la historia. Los jugadores Lucas Martínez Quarta y Camilo Mayada han dado positivo en muestras tomadas antidopaje en dos partidos de la fase de grupos y, en principio, se perderían el encuentro de ida ante Guaraní, en Asunción, por los octavos de final a disputarse el 4 de julio. El problema podría ser mayor dado que, según trascendidos, los casos son, en total, siete.
La novela comenzó el miércoles por la tarde, horas antes de que River enfrente a Aldosivi por la penúltima fecha del torneo local. El club informó de que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) comunicó que el defensa Lucas Martínez Quarta “dio positivo el control antidopaje que le fuera realizado el 10 de mayo, en el encuentro que River disputó frente a Emelec de Ecuador. La sustancia detectada es hidroclorotiazida (diurético)”. Aquel partido terminó 1 a 1. A pesar de la noticia, Martínez Quarta participó del encuentro ante Aldosivi y convirtió el gol del triunfo. Este jueves, se confirmó que el lateral uruguayo Camilo Mayada también dio positivo en el partido del 18 de mayo, en Perú, ante Melgar. La sustancia es la misma, según el segundo comunicado, emitido a última hora del jueves. En el escrito también anuncia que la audiencia en la que se presentará el descargo correspondiente es el lunes 26 de junio, en Asunción, Paraguay.
Las sospechas enseguida cayeron sobre los médicos del club y los jugadores dado que esa clase de sustancias son consideradas enmascarantes de otras drogas prohibidas. Incluso, según el sitio especializado doping-prevention.com, “las sustancias más frecuentemente usadas por los deportistas son la furosemida y la hidroclorotiazida con cerca del 30% de todos los casos de dopaje positivos con diuréticos”.
El comunicado de River detalla que la droga no se encuentra “en el menú de medicamentos de utilización cotidiana” y que Martínez Quarta aseguró “no haber tomado medicación alguna no prescrita por la institución”. Esta información fue confirmada por el abogado que lo representa, Ariel Reck, a EL PAÍS. El letrado es el mismo que diseñó para la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la defensa que consiguió levantar la sanción que FIFA le impuso a Lionel Messi el 28 de marzo. Reck es el primero que mencionó la palabra de la cual se valió el club para realizar el correspondiente descargo: “contaminación”. Y los que le siguieron.
Una versión indica que el plantel de River comenzó a tomar un suplemento vitamínico durante los primeros días de mayo y que una partida de tal sustancia, hasta el momento desconocida, estaría contaminada con la droga prohibida. De confirmarse los trascendidos, serían siete los jugadores en infracción. A los mencionados se le suman Sebastián Driussi, Leonardo Ponzio, Ignacio Fernández, Lucas Alario y Jonatan Maidana. Los tres últimos integraron la gira que la selección argentina realizó por Australia y Singapur. La institución envió a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires muestras del mix vitamínico para juntar la evidencia científica necesaria para defenderse ante la Conmebol. Otro dato que confirmó la AFA a este diario es que ningún jugador de River ha dado positivo en las pruebas del fútbol local.
A Osvaldo Pangrazio, director de médicos de Conmebol, le parece extraña esta discrepancia. Consultado por la prensa, el profesional no quiso responder acerca del papel de la casa madre del fútbol argentino y solo se limitó a decir que “esto indica que la Confederación está haciendo las cosas bien”. “En general se toma muy a la ligera el tema del dopaje”, advirtió Pangrazio, quien informó de que el trámite que deberá seguir River (pedir la apertura de la muestra B y efectuar el descargo correspondiente) demandará al menos tres semanas. Tiempo suficiente para que el o los jugadores implicados se pierdan el choque de ida ante Guaraní. En River saben de esto desde el lunes. Incluso los abogados que representan al club ya estaban en Paraguay, donde está la sede de Conmebol, cuando la bomba explotó. Los dirigentes, por lo bajo, esperan que no se trate de apenas un par de casos. Entienden que cuanto más sean los implicados, más fuerza cobrará la hipótesis de la contaminación.
(FUENTE: deportes.elpais.com)
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