viernes, 20 de marzo de 2009

Levante y la leyenda del gato negro



Parte por los infortunios que desde siempre han afligido a la institución granota (llamada así por las ranas que abundaban en una vieja sede), se dice que se deben por la leyenda del gato negro. No sé si la conocen. Dicen que , después de que el Levante perdiera una promoción para ascender a Primera, unos seguidores del Valencia colgaron un cartel junto a la puerta del estadio levantinista de Vallejo. El cartel decía: "Cuando el gato suba a la palmera, el Levante estará en Primera". Había unas palmeras por allí; al pie de una de ellas dejaron el cadáver de un gato negro.

Hagamos un breve e incompleto recuento de las desgracias del Levante, un club endémicamente pobre. La desgracia que podríamos calificar de fundacional ocurrió en 1927, cuando se creó la Liga española: el Levante podría haber disputado las eliminatorias que garantizaban un puesto en Segunda, pero por falta de dinero prefirió instalarse en Tercera.

Diez años después, en 1937, el Levante venció en la final de Copa a su máximo rival, el Valencia. Pero la competición fue disputada en la zona republicana y el título no fue reconocido por el franquismo; sólo en la democracia se ha legalizado ese trofeo. Dos décadas más tarde, en 1957, el estadio granota fue destrozado por unas inundaciones. En 1981, el Levante fichó por una cantidad desproporcionada (porcentaje de taquilla incluido) a un Johan Cruyff especializado en lanzar fueras de banda; la temporada acabó en descenso. Los últimos años son bien conocidos, incluyendo los impagos a los jugadores y el desastre económico del pasado.

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