domingo, 17 de julio de 2011

Los dioses incas volvieron a sonreír en el chateau



El Mario Kempes, como en 1978, fue escenario de otro festejo de la selección de Perú. Hace 33 años, los de Teófilo Cubillas y compañía celebraron dos épicas victorias, una de ellas con penal del rival (Escocia) malogrado cuando el partido estaba empatado.

Sonaba aún antes de iniciarse el partido. “Y ya lo ve / y ya lo ve / somos locales otra vez”, cantaba un grupo de peruanos ubicado en la tribuna Luis Artime. La mayoría jóvenes, pocos de ellos sabrían que ese mismo sector fue el elegido por el reducido número de hinchas incaicos que en el ’78 alentaron, uniformados con sus gorritos rojos de “Aero Perú”, a aquel equipo que se ganó los mejores elogios en la primera fase del Mundial.

Perú no era favorito en aquel grupo que compartió hace 33 años con Holanda, Escocia e Irán. Tampoco lo era ayer ante una Colombia que venía con el rótulo –justo la palabra que no le gusta al entrenador de los peruanos Sergio Markarian– de candidato.

Pero para la selección incaica el Chateau parece ser parte del Tahuantisuyu. Es su casa. El lugar donde siempre tendrá razones para celebrar. Como si se tratara de la Pacha Mama.

El 2-0 a Colombia revivió viejas postales de aquel junio de 1978. Otra vez el Mario Kempes fue testigo del entusiasmo de los hinchas apiñados detrás de los colores rojiblancos y gritando con todas las fuerzas “Pe-rú” acompañando el sonar de una corneta.

También regresó aquella imagen de hinchas rezándole a Inti, Wiracocha o Mama Quilla cuando el rival disponía de un penal que, por obra y gracia de los dioses, no entró.

El colombiano Radamel Falcao enfrentó al arco peruano con la misma determinación que el escocés Donal Masson lo hizo ante Ramón Quiroga, presente ayer en el estadio ahora como comentarista de la cadena televisiva CMD.

“Cuando se paró Falcao frente a la pelota, les dije a mis compañeros de transmisión que ese arco iba a estar cerrado Internamente pensé que (Raúl) Fernández lo taparía como yo. Pero para el caso vale lo mismo, no entró”, le contó a Mundo D el arquero rosarino que jugó como nacionalizado para los peruanos durante casi una década. No valía la pena aclararle que el arco en el que él se lució había sido el otro, el de la sur.

“Antes de que terminara el partido, los colombianos ya se habían ido de la cancha. En Córdoba siempre hay fiesta peruana”, finalizó, mientras esperaba el inicio de la conferencia de prensa.

Perú sí, Colombia no

En aquel mundial disputado en 1978, Perú logró dos victorias. Ambas fueron en sus dos presentaciones en Córdoba: 3-1 a una Escocia que venía precedido como uno de los candidatos a luchar arriba, y 4-1 a Irán, lo que le permitió finalmente ganar el Grupo 4.

El de ayer fue el tercer triunfo oficial de los incaicos en el Chateau, que sólo los vio perder 1-0 un amistoso ante Argentina en 1995.

Colombia es la contracara de Perú. El Mario Kempes se ha convertido para ellos en un escenario maldito. Porque antes de la dura derrota de ayer, la selección cafetera encontró en este escenario la única derrota de su brillante campaña en la Copa América de 1987, en la que ganó todos sus partidos (incluido un 2-1 sobre la mismísima Argentina) y sólo cayó ante Chile (1-2), que le privó de disputar la final del torneo. También se retiró derrotada en 1999, ante Argentina, en un amistoso en el que Gabriel Batistuta anotó su gol número 50 con la camiseta albiceleste.

Errores que se pagan

No cabe duda de que la jugada bisagra del partido fue el penal desperdiciado por Radamel Falcao, justamente el goleador colombiano.

“Si el rival embocaba el penal, el partido hubiese sido otro. Hay que aceptar que este es un juego en el que se cometen errores. Dios quiso que así fuera”, dijo un sereno Markarian, contrastando con la imagen de su última conferencia, en que perdió toda compostura ante la prensa tras la derrota ante Chile (1-0 con gol en contra en el último minuto).

El DT no ocultó su incertidumbre sobre la recuperación del equipo tras el enorme esfuerzo: “Será todo un tema recuperar a los jugadores tras el esfuerzo de los 120 minutos. Será trascendental lo que hagamos de aquí al partido semifinal. Voy a recurrir a todo el plantel, que está muy unido, ya que los jugadores aceptan jugar en el lugar que se le pide”.

Pero al margen de la alegría por la clasificación, Markarian volvió a remarcar que el objetivo de este grupo es otro. “Hoy Perú dio un gran paso, no en la Copa América sino hacia el Mundial porque este triunfo seguramente unirá a todos. Muchos jugadores se unieron a la causa”, consideró el entrenador de la selección peruana, que no juega un Mundial desde España, en 1982.

A su turno, el técnico de Colombia, Hernán Gómez, reconoció las fallas defensivas que tuvo su equipo en los dos goles de Perú y resaltó que habían “hecho todo” para conseguir la clasificación en los 90 minutos.

“Colombia generó opciones claras, dos tiros en los palos y erró un penal. Pero el fútbol tiene esta clase de partidos. Hoy se perdió por un error en el tiempo suplementario, aunque habíamos hecho todo para ganar en los 90 minutos, excepto convertir”, aseguró “el Bolillo”.

El sueño colombiano de encaminarse a su segundo título chocó ayer en Córdoba, una ciudad que, al menos cuando juega Perú, tiene a los dioses de su lado.

(FUENTE: mundod.lavoz.com.ar)

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