La rivalidad sevillana comenzó de una manera bastante curiosa: primero, el Betis vendía la imagen del Sevilla de “señoritismo” y el Sevilla vendía la imagen de “provincianismo” del Betis. Luego se acrecentó cuando la Federación Andaluza convocó una selección de jugadores para un amistoso y todos eran del Sevilla, ninguno del Betis. Pero cuando se "armó la gorda" fue en una final del Campeonato de Andalucía. Dos de los mejores jugadores del Betis eran militares, y no recibieron permiso para jugar la final, de su oficial superior, el capitán general Ximénez de Sandoval (reconocido sevillista)
En señal de protesta, ¡¡el Betis mandó a su equipo de infantiles a la final!!; obviamente, el partido acabó 22-0,... la rivalidad comenzó y para colmo ¡hubo polémica porque la gente que fue al partido quería que le devolvieran el precio de las entradas por ver un partido de hombres contra niños!!
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