En los primeros mundiales de fútbol han habido clasificaciones realmente insólitas, como el caso de las Indias Orientales Holandesas (hoy Indonesia); apenas 8 años de haber creado su asociación de fútbol, lograron hacer acto de presencia en el tercer mundial de la historia.
En mayo de 1934 la selección del país, con el nombre de Indias Orientales Holandesas (cambiaría de nombre por Indonesia en 1950), participó de los Juegos del Lejano Oriente y debutó con 2 derrotas: 0-2 ante un combinado chino y 2-3 ante Filipinas. Pero luego el 13 de mayo del 34, jugó contra Japón, a quien derrotó por 7 a 1.
El seleccionado no jugó por 4 años y el fixture de las eliminatorias de Francia 1938 enfrentaba a las Indias Orientales Holandesas nuevamente ante Japón. Los japoneses no tenían demasiadas ganas de ser humillados nuevamente y renunciaron. La clasificación directa a Francia 1938 metía a las Indias Orientales así como el primer equipo asiático de la historia en participar en una Copa Mundial.
El rival sería Hungría, ya un equipo poderoso de Europa y los inexpertos asiáticos, dirigido por un técnico holandés, sabían que viajaban para ganar experiencia. Por eso jugaron varios partidos amistosos con equipos holandeses, antes y después de la Copa Mundial de la FIFA.
El 5 de junio de 1938 fue el día que los 11 jugadores provenientes de la parte tropical de Asia llegaron a su gloria futbolística, cuando el salieron al campo de juego del Stade Auguste Delaune, para enfrentar a los húngaros. Y a pesar de que se fueron goleados ya habían disfrutado su viaje en el barco Baloeran, su arribo a Le Havre y los partidos previos. La renuncia previa de Japón y luego la de Estados Unidos (se le ofreció a los norteamericanos un partido de clasificación en Francia) los depositaba en la fiesta del fútbol mundial sin escollos.
A los 13 minutos de la primera parte, Hungría ya ganaba. El muñeco mascota de la suerte que utilizaba el arquero Mo Heng, ya no surtía efecto.
Algunos dicen que el técnico, el holandés Johannes Mastenbroek, hizo dos cambios en el entretiempo aprovechando la similitud física de sus dirigidos. Pero igual fue 6 a 0 para los europeos, un resultado lapidario que, así y todo, no impidió que los indonesios tuvieran su participación en un Mundial.
En mayo de 1934 la selección del país, con el nombre de Indias Orientales Holandesas (cambiaría de nombre por Indonesia en 1950), participó de los Juegos del Lejano Oriente y debutó con 2 derrotas: 0-2 ante un combinado chino y 2-3 ante Filipinas. Pero luego el 13 de mayo del 34, jugó contra Japón, a quien derrotó por 7 a 1.
El seleccionado no jugó por 4 años y el fixture de las eliminatorias de Francia 1938 enfrentaba a las Indias Orientales Holandesas nuevamente ante Japón. Los japoneses no tenían demasiadas ganas de ser humillados nuevamente y renunciaron. La clasificación directa a Francia 1938 metía a las Indias Orientales así como el primer equipo asiático de la historia en participar en una Copa Mundial.
El rival sería Hungría, ya un equipo poderoso de Europa y los inexpertos asiáticos, dirigido por un técnico holandés, sabían que viajaban para ganar experiencia. Por eso jugaron varios partidos amistosos con equipos holandeses, antes y después de la Copa Mundial de la FIFA.
El 5 de junio de 1938 fue el día que los 11 jugadores provenientes de la parte tropical de Asia llegaron a su gloria futbolística, cuando el salieron al campo de juego del Stade Auguste Delaune, para enfrentar a los húngaros. Y a pesar de que se fueron goleados ya habían disfrutado su viaje en el barco Baloeran, su arribo a Le Havre y los partidos previos. La renuncia previa de Japón y luego la de Estados Unidos (se le ofreció a los norteamericanos un partido de clasificación en Francia) los depositaba en la fiesta del fútbol mundial sin escollos.
A los 13 minutos de la primera parte, Hungría ya ganaba. El muñeco mascota de la suerte que utilizaba el arquero Mo Heng, ya no surtía efecto.
Algunos dicen que el técnico, el holandés Johannes Mastenbroek, hizo dos cambios en el entretiempo aprovechando la similitud física de sus dirigidos. Pero igual fue 6 a 0 para los europeos, un resultado lapidario que, así y todo, no impidió que los indonesios tuvieran su participación en un Mundial.
QUE HISTORIA, ES ALGO INCREIBLE
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