Otros deportes como el baloncesto, el béisbol o el hockey hielo le ha ganado tradicionalmente la partida al fútbol en Estados Unidos. Pese a su centenaria historia y relegado a su condución de "disciplina escolar", el 'soccer' ha tenido una asignatura pendiente en el mercado norteamericano, que ha puesto en duda su condición de "deporte rey" como el que vive en el resto del mundo -especialmente en Europa y Suramérica-.
Pero el fútbol está haciéndose un hueco en EEUU gracias a la influencia de la comunidad latina. Así, el campeonato nortamericano (MLS) se está contagiando del tirón mediático de otras ligas internacionales para mostrar al mundo la cuestionada calidad de sus jugadores.
Pero hasta ahora no ha podido traspasar la barrera del profesionalismo. Prueba de ello ha sido la inauguración del Red Bull Arena, primer estadio ubicado en Nueva York. Con más de tres millones de hispanos, Nueva York ya no se desvive por los Yankees, los Nicks o los Giants. Cada vez es más a menudo ver repletos los bares presenciando sendos partidos de fútbol. Desde hace casi 15 años, los Red Bull van incrementando el número de aficionados.
Y todo porque los New York Red Bulls han dado el "paso definitivo" para ser considerados una franquicia más. El nuevo estadio, situado tan solo a veinte minutos de Manhattan y con una capacidad de 25.189 espectadores, la ciudad de Harrison (Nueva Jersey) se ha convertido en el "emplazamiento perfecto" para el conjunto norteamericano. En el partido inaugural, los Red Bulls derrotaron al Santos. 3-1 fue el resultado.
(FUENTE: abc.es)
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